20100309

Oficio de Enseñar. Conversación con el Maestro.


Charla entre el Maestro Julio Sánchez Juárez y Arturo Martínez Merinos (2006)

El diez de marzo de 2006, el Maestro Julio Sánchez Juárez (E.P.D.) me abrió las puertas de la docencia en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana. Tras el regreso de los andares por Europa, aprendiendo de la arquitectura del siglo XX del viejo continente, inició el camino como maestro con una charla previa al inicio de la clase en el Taller de Diseño Arquitectónico de sexto semestre.

En una corta plática, en un tono relajado muy a la usanza del maestro, decía que la arquitectura propuesta por quien se dice maestro, ha de ser aquella que no sólo se muestra, sino que se enseña. Enseña a hacerse, enseña a vivirse, enseña a percibirse, pero sobre todo, a cuestionar las raíces y razones que le dan lugar.
Hacer arquitectura es un oficio que demanda cuestionamientos internos, cuyas respuestas resultan en el proyecto de arquitectura. Cuando se decide fomentar éste quehacer en quienes aspiran a conocer y hacerse arquitectos, la labor se torna entonces en un compromiso que bien vale la pena explorar.

La enseñanza de la arquitectura, más que requerir conocimientos que enseñar, demanda deseos de seguir aprendiendo, pues en una disciplina tan evolutiva no hay conocimientos absolutos, pero sí intenciones. Sólo es posible enseñar aquello que se tiene en la razón y que se quiere compartir de corazón, decía el Maestro Julio Sánchez Juárez, y esa ha sido la lección que ha abierto brecha en el camino mío dentro de los azares de la docencia.

Tras algunos años de haber sido alumno, y después compañero del Maestro Sánchez Juárez, mi labor docente ha sido más el reto de motivar a los alumnos a hacer, antes que intentar siquiera enseñar. El maestro no debe dar lugar a la apatía (pathos), debe motivar el ethos, el deseo de hacer, la pasión por las cosas de quien quiere aprender.

El ethos, la ética del maestro en cuanto al oficio de enseñar, es más entonces erradicar apatías, motivar la auto búsqueda, lograr que quienes quieren conocer, conozcan primero sus propias motivaciones, sus propios anhelos, sus deseos de búsqueda, sus deseos de vida.

1 comentario:

J. C. dijo...

"la labor se torna entonces en un compromiso" me parece que esta es la parte medular de tu escrito, la idea no es solo transmitir el conocimiento sino FORMAR* nuevos arquitectos y preparar el campo para los que vienen detrás.

Un abrazo mi estimado.

Pepe

*De dar forma, la plasticidad de cada alumno para resaltar sus cualidades, y formar de impartir los valores y conocimientos propios de la profesión